Enterarme de su muerte me chocó. No era santo de mi devoción. Me cupo compartir lugar de trabajo y nos mantuvimos por cuerdas separadas. Cada cual en lo suyo. Cumpliendo aquello de que cada uno se rodea de sus iguales, en intenciones visibles e invisibles. Nuestras auras no convergieron en ese tiempo. Tampoco después.
Supo ser de moral flexible, poco confiable. Vivía al borde del peligro. No hacía deportes extremos, sino vivía en los límites de las posibilidades, poniendo a prueba la tenacidad de los que lo conocían.
Amistoso. Voz aguda, molesta. Le decían el putito y él respondía haciendo alguna imitación de gestos afeminados, que no requerían de gran esfuerzo de su parte.
Jodido con las mujeres y el dinero. Le permitió amasar grandes... problemas.
Hace años dejé de verlo, desde que se fue de la oficina por problemas por mal manejo de sus debilidades. Son cosas que me comentaron, nunca junté pruebas. No me interesó hacerlo.
El destino le alcanzó de noche en su lugar de trabajo.
Ahora lo han enviado al más allá. La puerta de entrada fue una congeladora apagada y el billete pagado con puñaladas y golpes. Dicen que falsos amigos, más jóvenes, de esos que él frecuentaba. Porque en algo que él era bueno, era hacer amigos. El confiaba en los demás, demasiado.
Hombre sin malicia para la violencia, no creo que estuviera preparado para ello. ¿Se habrá defendido? ¿Murió como héroe? Muchos asesinatos se comenten bajo el manto de la traición, donde el cobarde oculta su verdadera intención. Para muchos, el morbo les lleva a pensar que "Algo indebido hizo", "quien a hierro mata a hierro muere". No sabía que matara gente. Con tal de chusmear, dicen cualquier cosa.
Solo se, que alguien ya no le tuvo paciencia.
Solo se, que alguien ya no le tuvo paciencia.
Siento que lo ofendieron en su agonía, lo dejaron abandonado en el improvisado ataúd de cuatro ruedas. Para que su hijo lo encontrara luego de tres días.
Deseo que ¡Descanse en paz!
Deseo que ¡Descanse en paz!
Beatus
Marzo de 2018.
Comentarios
Publicar un comentario